Maná ilumina la noche con su regreso
Un concierto lleno de emociones, donde reinó la nostalgia, quedó en la memoria de los tapatíos que acudieron ayer al Estadio
3 de Marzo para presenciar el regreso de Maná a su tierra. Temas como Labios compartidos, Rayando el sol y Clavado en un
bar fueron coreados por 20 mil fanáticos en un show que terminó al filo de la media noche.
Se reencuentran con su público
Fher Olvera se congratuló de ser jalisciense al declarar que de esta tierra “es el tequila, el mariachi
y las mujeres más hermosas”.
¿Qué impulsa al hijo pródigo a regresar
a casa? Esa es la pregunta que el grupo
Maná buscó responder ayer por la noche
en el concierto ofrecido en el Estadio
3 de Marzo, evento que marcó su vuelta a
suelo tapatío tras una larga ausencia.
La paz que reinó en la avenida Patria
horas antes de comenzar el concierto se
rompió a las 20:00 horas cuando las filas organizadas
rebasaron lo esperado y empezaron
a alargarse eternamente. Se armó entonces
una revolución, pero no de amor, sino
de caos a las afueras del Estadio 3 Marzo.
Sin embargo los asistentes intuían que la espera
y desorganización valdrían la pena.
Ya dentro, y tras escuchar a la banda
abridora Rockandy, se escuchó un gran estruendo
en el fastuoso escenario cuyo juego
de luces simulaba una muralla, misma
que se rompería en mil pedazos ante la voz
de Fher Olvera entonando los primeros
acordes de Déjame entrar. “Bienvenidos a
nuestra casa ya los extrañábamos” gritó el
vocalista para dar paso a una cascada de
éxitos entre los que destacaron Vivir sin aire,
Bendita tu luz, Cuando los ángeles lloran,
Dónde jugarán los niños, Tú me salvaste,
Ojalá, Mariposa traicionera y Eres
mi religión.
“Empezamos tocando en cocheras y
bares- recordó Fher Olvera- ahora estamos
en lugares donde nunca imaginamos,
llegar tan lejos se lo debemos a Guadalajara,
gracias”. Una vez dueño de la situación
el vocalista se paseó a lo largo del escenario
animando a la gente a que alzara
su voz, sus rostros y sus brazos a ritmo de
varios éxitos de su discografía. Para entonces
los solos de Alex habían hecho de
las suyas debido a su kilométrica duración,
situación que derivó en aplausos y
un brindis de los 20 mil asistentes al recinto
universitario.
Cerca del final las luces de miles de
celulares apuntaron al escenario, parecía
que Maná había encontrado la respuesta
a su pregunta inicial ¿a qué regresa un hijo
pródigo? A disfrutar del amor entre sus
seres queridos.
Detalles
1 - El buen
comportamiento
del público, salvo los
que tuvieron asiento en
cancha pues de
inmediato se subieron a
las sillas impidiendo ver
a los que estaban atrás.
2 - La reventa en
todos lados y con
impunidad. A un
costado de una tienda
de autoservicio se
ofrecían boletos “de a
400 pesos chavo”.
3 - La impresionante
producción de la
banda que contó con
tres pantallas gigantes y
un juego de luces
computarizado.
4 - No faltaron los
disfraces como los
que usó Maná en forma
de calavera para el
tema Dónde jugarán los
niños.